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¿Cómo se siente el duelo después de una ruptura?

Terminar una relación puede sentirse diferente para cada quien, pero ¿hay algo en común?

 

A lo largo de la vida se crean vinculos y relaciones importantes. Algunas veces, por diferentes motivos, ya sean física, como el fallecimiento de una persona, o psicológicos, como ruptura o distanciamiento, los perdemos, y tenemos que aprender a manejar ese proceso llamado duelo. 

 

Muchas veces durante el duelo se puede llegar a sentir como si nunca se podrá superar la pérdida. Esta sensación nos afecta en lo emocional, físico, psicológico, conductual y social. Por eso es importante reconocer por lo que estamos transitando; reconozcamos algunos síntomas físicos, emocionales, cognitivos (del pensamiento), conductuales (del comportamiento) y espirituales:

 

En el plano físico, es común experimentar:

Resequedad en la boca, dolor o vacío en el estómago, alteraciones gastrointestinales, presión en el pecho o garganta, tensión muscular, pérdida del apetito, palpitaciones, falta de energía, mareos o alteraciones del sueño. Todos estos síntomas están relacionados con la debilidad del sistema inmune y hacen más propensa a la persona a enfermar. 

 

En el plano emocional, es común experimentar:

Tristeza, enfado, rabia, culpa, miedo, ansiedad, soledad, desamparo e impotencia, añoranza y anhelo, cansancio existencial, desesperanza, abatimiento, alivio y liberación, sensación de abandono, amargura y sentimiento de venganza. 

 

En el plano cognitivo, es común experimentar:

Dificultad de concentración, confusión u olvidos frecuentes. 

 

En el plano conductual es común experimentar:

Aislamiento social, llanto, aumento en el consumo de alcohol, tabaco o psicofármacos.

 

Y por último, pero no menos importante, en el plano espiritual puede haber cuestionamientos en el sentido de la muerte y la vida. 

 

La mayoría de las personas son capaces de afrontar y superar el duelo por sí mismas, pero si estás atravesando por un duelo, y sientes que te rebasa, no tienes porqué callar. No hay de que avergonzarse. Hay personas que tardan años en buscar ayuda por miedo o incomodidad, pero es importante que si estás teniendo dificultades para superar el dolor, busques ayuda profesional. 

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